El autor de 'Eloise' recibe un emotivo homenaje en Tudela Veguín, su pueblo natal, 16 años después de su muerte
En el pueblo donde vivió su infancia y buena parte de su juventud y en el lugar de donde partió, dudoso, con destino a la capital, ayer volvieron a aplaudir en su nombre. Tino Casal volvió ayer a Veguín a recibir aplausos como el que regresa a casa muchos años después de triunfar, pero también de dudar sobre su destino: «¿Tú crees que triunfaré allí, en ese sitio tan grande?», preguntaba a su primo Víctor Casal, quien con el tiempo confeccionó sus vistosas capas, antes de marchar. Antes de iniciar la exitosa trayectoria que todos recuerdan con orgullo. El autor de 'Eloise' y de 'Champú de huevo', el extravagante capitán de la movida madrileña, revivido ayer, por unas horas, con sus familiares, amigos y fieles seguidores.
Un centenar de personas de Asturias, Madrid, Barcelona, Alicante y León participaron en el homenaje a este cantante adelantado a sus tiempos, Tino Casal. Habría cumplido ya los 57 años si un trágico accidente no le hubiera costado la vida el 22 de setiembre de 1991. Regresaba, de madrugada, de una fiesta en la madrileña discoteca Ática. «Es curioso, él nunca quería montar de copiloto en el coche y esa noche lo hizo», recordaba su primo.
Paco Quintana y Antonio Collado, dos de los componentes del trío Atalis, que ha editado un disco con sus canciones versionadas, tampoco se perdieron el acto dedicado a «un asturiano que debería ser declarado universal». Vestidos de traje blanco y con los labios negros, un look estilo Casal, hablaron emocionados del tudelano. Le admiran desde los 12 años como cantante y como persona. «Era muy humano, el colmo de la tolerancia. Una figura de la que deberíamos aprender todos».
Placa de sus fans
Una figura que recordarán más aún sus vecinos gracias a la placa que cuelga desde ayer en el número 36 de la calle Paulino Prieto. «Aquí nació el 11 de febrero de 1950 un genio que en su destino casual fue un artista excepcional. A la memoria de Tino Casal», reza el letrero, diseñado por la alicantina Tere Lucas y financiada por los 300 socios del club de fans.
Las encargadas de descubrirlo fueron sus sus hermanas, Conchita y Mari Casal, que no pudieron hablar durante el acto de presentación por la emoción. «Con todo esto se nos están removiendo muchos sentimientos», dijo Mari. Sí habló, y en voz alta, su biógrafo, Gerardo Quintana, quien recordó entre aplausos que «Tino sigue estando con nosotros en mente y en corazón» y que con su música ha conseguido pasar de una generación a otra.
Ya en el cementerio hubo flores para su nicho. En la entrega se escuchó de fondo 'Eloise'. «Vamos a él no le gustaría que estuviéramos así», dijo uno de sus fans para romper la emoción. Así dio paso a la tercera y última parte del homenaje, que terminó con un montaje de su vida y su obra firmado por Carlos Silva en el centro social de Tudela Veguín.
El comercio digital – 01 de Julio de 2007 – Susana Neira / Oviedo
En el pueblo donde vivió su infancia y buena parte de su juventud y en el lugar de donde partió, dudoso, con destino a la capital, ayer volvieron a aplaudir en su nombre. Tino Casal volvió ayer a Veguín a recibir aplausos como el que regresa a casa muchos años después de triunfar, pero también de dudar sobre su destino: «¿Tú crees que triunfaré allí, en ese sitio tan grande?», preguntaba a su primo Víctor Casal, quien con el tiempo confeccionó sus vistosas capas, antes de marchar. Antes de iniciar la exitosa trayectoria que todos recuerdan con orgullo. El autor de 'Eloise' y de 'Champú de huevo', el extravagante capitán de la movida madrileña, revivido ayer, por unas horas, con sus familiares, amigos y fieles seguidores.
Un centenar de personas de Asturias, Madrid, Barcelona, Alicante y León participaron en el homenaje a este cantante adelantado a sus tiempos, Tino Casal. Habría cumplido ya los 57 años si un trágico accidente no le hubiera costado la vida el 22 de setiembre de 1991. Regresaba, de madrugada, de una fiesta en la madrileña discoteca Ática. «Es curioso, él nunca quería montar de copiloto en el coche y esa noche lo hizo», recordaba su primo.
Paco Quintana y Antonio Collado, dos de los componentes del trío Atalis, que ha editado un disco con sus canciones versionadas, tampoco se perdieron el acto dedicado a «un asturiano que debería ser declarado universal». Vestidos de traje blanco y con los labios negros, un look estilo Casal, hablaron emocionados del tudelano. Le admiran desde los 12 años como cantante y como persona. «Era muy humano, el colmo de la tolerancia. Una figura de la que deberíamos aprender todos».
Placa de sus fans
Una figura que recordarán más aún sus vecinos gracias a la placa que cuelga desde ayer en el número 36 de la calle Paulino Prieto. «Aquí nació el 11 de febrero de 1950 un genio que en su destino casual fue un artista excepcional. A la memoria de Tino Casal», reza el letrero, diseñado por la alicantina Tere Lucas y financiada por los 300 socios del club de fans.
Las encargadas de descubrirlo fueron sus sus hermanas, Conchita y Mari Casal, que no pudieron hablar durante el acto de presentación por la emoción. «Con todo esto se nos están removiendo muchos sentimientos», dijo Mari. Sí habló, y en voz alta, su biógrafo, Gerardo Quintana, quien recordó entre aplausos que «Tino sigue estando con nosotros en mente y en corazón» y que con su música ha conseguido pasar de una generación a otra.
Ya en el cementerio hubo flores para su nicho. En la entrega se escuchó de fondo 'Eloise'. «Vamos a él no le gustaría que estuviéramos así», dijo uno de sus fans para romper la emoción. Así dio paso a la tercera y última parte del homenaje, que terminó con un montaje de su vida y su obra firmado por Carlos Silva en el centro social de Tudela Veguín.
El comercio digital – 01 de Julio de 2007 – Susana Neira / Oviedo
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