lunes, 3 de septiembre de 2007

2004 - Casal: Embrujo de mito

Un libro recogerá la historia más desconocida de Tino Casal, con imágenes y anécdotas inéditas de su vida, recopiladas entre Tudela Veguín, Oviedo y Madrid.

A Tino Casal no se le ha hecho justicia. Fue un artista que rompió moldes en el panorama musical español de los 80 y que, tras su trágica muerte en 1991, ha caído en un profundo olvido para los medios de comunicación y las discográficas de nuestro país. Gerardo Quintana, periodista madrileño y gran admirador de Tino Casal, quiere rendirle homenaje con el que será su primer libro, que estará en el mercado la próxima primavera. Se trata de una biografía centrada en “la evolución del personaje tanto en el ámbito musical como en lo humano” con la que quiere devolverle al lugar que “se merece”.

Su pasión por Casal y una ardua labor de investigación le han traído a Asturias en numerosas ocasiones para conocer la trayectoria del cantante de Tudela Veguin. Sus hermanas, Conchita y Maritina, y sus amigos más íntimos, los hermanos Palicio Ramón y Jose Fermín, le han cedido material inédito y han aportado “testimonios vivos de su infancia en su pueblo natal”. Los suyos son parte de los 60 testimonios que darán vida a esta singular biografía con la que el autor no trata “de redescubrir a un artista, sino descubrir a un mito”

Para su autor, lo más gratificante de este trabajo ha sido “descubrir a la persona en diversas facetas de su vida. La música y sus letras formaban parte de su fachada”. A su juicio, Casal “era brillante en todos los aspectos. No sólo como artista sino, también como persona”.

Su generosidad y su buen corazón estaban presentes en todo lo que hacía desde muy pequeño. “Durante la revalida, en la prueba de dibujo hizo las láminas de todos sus compañeros y la suya en una hora, el tiempo que tenía para realizar el examen. Todos aprobaron con muy buenos resultados”, relata Quintana. Una muestra del ingenio que poseía y de la relación tan estrecha que le unía con sus amigos más íntimos. “Lo que engrandece aún más su talento musical”, sentencia el autor de ‘Carrera de éxitos’.

Duros inicios

Sus comienzos fueron complicados. A los catorce años formó su primer grupo, Zafiros negros. Su ilusión de grabar un disco le llevó a Madrid. Con Los archiduques, grupo puntero del rock asturiano, cumplió por fin el sueño de su vida.

Al Festival de Benidorm

Pero su carrera daría un vuelco en 1978 al presentarse al Festival de Benidorm. Fue el gran triunfador. Ganó el premio de la crítica, el de radio y televisión al mejor interprete y el de la Asociación de Presa. “No obtuvo el primer premio por el titulo de la canción. ‘Emborrachate’ era demasiado transgresora para la época. Hacia apología del alcohol, comenta Quintana.

Tras el éxito, su discográfica trató de lanzarle como el sustituto de Nino Bravo, pero, claro, “esa imagen de cantante melódico no le iba lo más mínimo con su personalidad”

Impregnado por el movimiento punk y los nuevos románticos regresó con un nuevo disco, ‘NeoCasal’, en 1981m que incluía sus grandes éxitos “Champú de huevo” y “Billy Boy”, que le abrieron definitivamente las puertas del mercado español. Su single “embrujada” le encumbraría, un año mas tarde, en la cima y se convertiría en su canción mas famosa junto a “Eloise”, una versión de Barry Ryan aún de moda en las pistas españolas.

Con un estilo extravagante, una particular puesta en escena y su peculiar forma de cantar, “Casal, se adelantó a su tiempo; fue un genio y, como buen genio, un incomprendido. En realidad, él no perteneció a su época.

El comercio – domingo 8 de agosto de 2004

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