miércoles, 12 de septiembre de 2007

2007 - Casal: ‘Begin’ de Veguín

Un club en internet de fans de Tino Casal rendirá el sábado un homenaje al artista en su pueblo natal

Los roquetas van en caravana a Graceland a contagiarse del espíritu de Elvis. Los necrófilos montan el tenderete en el cementerio parisino de Père Lachaise a ver si algún gusano con melena les canta ‘The end’. Y los fans de Tino Casal, a Tudela Veguín. Son esas cosas que tiene la aldea global. Un club de admiradores del artista asturiano, fallecido en 1991 en accidente de tráfico, organizará este sábado un sencillo homenaje en el pueblo natal del autor de ‘Emborráchate’. Este club se formó en internet en 2001 de la mano del murciano Pedro José Paredes, cuenta con 293 miembros de toda España y sigue recibiendo nuevas altas. Muchos de ellos estarán el sábado en Asturias.

A las 17.30 horas se descubrirá una placa en su casa natal en presencia de las hermanas del cantante Maritina y Conchita. La placa ha sido costeada a escote pericote por una treintena de admiradores y amigos de toda España y reza: «Aquí nació el 11 de febrero de 1950 un genio, que en su destino casual llegó a ser un artista excepcional. A Tino Casal». Y su imagen. Una de las personas más motivadas con el homenaje es Ramón Palicio, amigo personal desde la escuela, quien explica que la placa «juega con el título de su canción ‘Destino casual’, que tiene una letra profunda y en la que Tino se definía a sí mismo».

Seguidamente, la comitiva se desplazará al cementerio del pueblo a realizar una ofrenda, pero sin ostentaciones. Cada participante portará una sola flor en la mano. Y como colofón, en las antiguas escuelas públicas de Veguín, reconvertidas en centro social, habrá una proyección de imágenes de su vida y obra de la colección particular de otro amigo personal, José Carlos Silva.

El carismático Tino Casal era un adelantado a su tiempo, el ‘nuevo romántico’ español, amigo de Bowie y de Lola Flores, y «trisexual», según definición de su primo Chus Naves. Componía de oído, grabó en los estudios Abbey Road con la Filarmónica de Londres y estaba a punto de trabajar con el mítico Barry White cuando le pilló la muerte, a la que Tino siempre citó de frente como José Tomás.

Trajo a España el tecno-pop ochentero británico, precursor de la electrónica contemporánea, pero su muerte física tal vez le salvara de tiempos duros en lo artístico. Del pop ya se había alejado él y el tsunami del techno es probable que se lo hubiera llevado por delante con el abrigón y todo. Pero Casal era mucho más que su música. Era artista de día y de noche. Inteligente, bondadoso, comediante, irónico. Por eso se le recuerda con tanto cariño y le rinden por primera vez un homenaje al pie de casa. Seguro que le gustará.


El comercio digital - Sábado, 27 de junio de 2007 - J. Cezón

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