El jueves 22 de Septiembre se cumplen 14 años de la desaparición de Tino Casal. Desaparición física provocada por un fatídico accidente de tráfico en la carretera de Castilla. Pero este suceso nunca lograría que Tino desapareciese psicológica, artística y sentimentalmente de las mentes de sus amigos y seguidores.
Recuerdo, cuando niños, aquí en Tudela-Veguin –Oviedo-, su pueblo natal, cómo nos desbordaba a todos con sus fantasías. Cómo a sus 11 años construía y reconstruía aquel “teatro de madera” a tamaño natural en el que toda nuestra pandilla actuaba ante el público infantil del pueblo. En él tino hacia de todo: director, guionista, constructor, decorador, actor, publicista, diseñador… Y recuerdo de nuestra infancia compartida muchas cosas más.
Luego la despedida… Se fue a Madrid en busca de sus sueños... Yo me quedé aquí en Tudela Veguín y de vez en cuando oía noticias suyas… sus éxitos rotundos… las críticas infames… Ahora, con el tiempo y la distancia, pienso que nadie que no haya vista o escuchado al menos parte de su otra debería tener derecho a juzgarle…
Porque aparte de “Eloise”, “Embrujada”, “Pánico en el edén”, “Tigre bengalí”, etcétera, son obra de su ingenio la música, la letra o los arreglos de muchas piezas más desconocidas por el gran público, como esa canción (“Destino Casual”) en la que describiéndose a si mismo nos dejó:
“Soy el mejor amigo /
de todos mis amigos /
y es mi mayor placer /
Tus cartas no han caido /
En ningún saco roto /
Tampoco en el olvido /
Soy solo un hombres más, un pobre diablo más /
Que miro al cielo /
Y me pregunto qué hago aquí /
Con un destino casual…”
Creo que no se puede definir mejor ni más brevemente el valor supremo de la amistad, la modesta opinión de alguien sobre si mismo y el eterno misterio de nuestra existencia…
Y pienso que la misma fuerza imaginativa que mostraba son su imagen, con su forma de vestir, con su puesta en escena (la “extravaelegancia” de Tino Casal) era por los años ochenta, y aún ahora, tan impactante que a la gran mayoría nos frenaba y no llegábamos a sus letras, otro campo en el que desarrolló su increíble ingenio.
Pero vamos a tener la oportunidad de conocerle a fondo, porque todo sobre él: su vida inimitable, su insuperada estética, su obra futurista, su genialidad y las infamias que le atribuyeron, todo quedará reflejado en el libro que ya está culminando Gerardo Quintana, un joven periodista que ahí en Madrid, y aquí en Asturias, ha investigado hasta los más íntimos detalles de los 41 portentosos años de vida de Tino.
Y desde aquí, ante la misma casa que le vio nacer, animamos a Gerardo y le mostramos nuestra más sincera admiración porque conocemos la meticulosidad de su trabajo y sabemos que va a plasmar para siempre la obra y figura de Tino Casal con la justicia que realmente se merecen.
Ramón Palicio, amigo de la infancia de Tino Casal
La nueva españa – 22 de Septiembre de 2005
Recuerdo, cuando niños, aquí en Tudela-Veguin –Oviedo-, su pueblo natal, cómo nos desbordaba a todos con sus fantasías. Cómo a sus 11 años construía y reconstruía aquel “teatro de madera” a tamaño natural en el que toda nuestra pandilla actuaba ante el público infantil del pueblo. En él tino hacia de todo: director, guionista, constructor, decorador, actor, publicista, diseñador… Y recuerdo de nuestra infancia compartida muchas cosas más.
Luego la despedida… Se fue a Madrid en busca de sus sueños... Yo me quedé aquí en Tudela Veguín y de vez en cuando oía noticias suyas… sus éxitos rotundos… las críticas infames… Ahora, con el tiempo y la distancia, pienso que nadie que no haya vista o escuchado al menos parte de su otra debería tener derecho a juzgarle…
Porque aparte de “Eloise”, “Embrujada”, “Pánico en el edén”, “Tigre bengalí”, etcétera, son obra de su ingenio la música, la letra o los arreglos de muchas piezas más desconocidas por el gran público, como esa canción (“Destino Casual”) en la que describiéndose a si mismo nos dejó:
“Soy el mejor amigo /
de todos mis amigos /
y es mi mayor placer /
Tus cartas no han caido /
En ningún saco roto /
Tampoco en el olvido /
Soy solo un hombres más, un pobre diablo más /
Que miro al cielo /
Y me pregunto qué hago aquí /
Con un destino casual…”
Creo que no se puede definir mejor ni más brevemente el valor supremo de la amistad, la modesta opinión de alguien sobre si mismo y el eterno misterio de nuestra existencia…
Y pienso que la misma fuerza imaginativa que mostraba son su imagen, con su forma de vestir, con su puesta en escena (la “extravaelegancia” de Tino Casal) era por los años ochenta, y aún ahora, tan impactante que a la gran mayoría nos frenaba y no llegábamos a sus letras, otro campo en el que desarrolló su increíble ingenio.
Pero vamos a tener la oportunidad de conocerle a fondo, porque todo sobre él: su vida inimitable, su insuperada estética, su obra futurista, su genialidad y las infamias que le atribuyeron, todo quedará reflejado en el libro que ya está culminando Gerardo Quintana, un joven periodista que ahí en Madrid, y aquí en Asturias, ha investigado hasta los más íntimos detalles de los 41 portentosos años de vida de Tino.
Y desde aquí, ante la misma casa que le vio nacer, animamos a Gerardo y le mostramos nuestra más sincera admiración porque conocemos la meticulosidad de su trabajo y sabemos que va a plasmar para siempre la obra y figura de Tino Casal con la justicia que realmente se merecen.
Ramón Palicio, amigo de la infancia de Tino Casal
La nueva españa – 22 de Septiembre de 2005
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