800 personas acuden al estreno de 'Gran Casal... ' de José Antonio Quirós en un teatro donde resonó la voz del artista, pero faltó la extravagancia del 'glam'.
Se llenó el teatro Campoamor de Oviedo gracias al documental 'Gran Casal... me como el mundo' del asturiano José Antonio Quirós. Pero faltó el esplendor del movimiento 'glam', la luz de la 'movida madrileña', aquella metamorfica indumentaria de muchos de sus seguidores.
Pero la moda de las casi 800 personas que se dieron cita en el coliseo ovetense destacó por ser como la del resto de los comunes mortales. El de ayer fue un homenaje en toda regla, un homenaje a un Casal que fue injustamente tratado y desde su muerte en 1991, olvidado. Quirós no le conoció, pero ha sabido rendirle el mejor de los tributos.
Casal conoció los dos lados de la vida. Entabló amistad con sus admiradores y miró de lejos a sus detractores. Una experiencia que vivió en su propia localidad natal, Tudela Veguín. Los jóvenes como Gustavo Fernández, de 24 años, «nos sentimos orgullosos de él y de su música, pero los mayores un poco menos por su forma de ser».
Amigos como el pintor Carlos Sierra reivindicaron a la entrada del teatro la gran figura de Casal no sólo como músico, sino también como pintor. Para aclarar la huella que dejó entre sus admiradores narró una anécdota: «Después de su muerte, conocí a dos fans muy góticas, Marta y Clara, que le siguen llevando flores al cementerio de Tudela Veguín». Para Sierra es lógico que levantara pasiones porque «Casal representaba la estética romántica, el exceso, el lujo, la imagen rompedora».
Amigos de siempre
El documental 'Gran Casal... me como el mundo' sirvió de excusa para unir dos artes, el cine y la música. A la cita no faltaron, entre otros, los cineastas Pipo Prendes, Carlos Navarro y Nacho Carballo como tampoco el músico Carlos Pinto de 'Zafiros Negros', el grupo de rock que formó Casal en la adolescencia.
Los componentes de 'Los archiduques' también se dejaron ver en las últimas filas del patio de butacas del Campoamor. Quien tampoco podía perderse el documental era Gerardo Quintana, que actualmente prepara una biografía del músico que saldrá a la luz este año. El director José Antonio Quirós salió al escenario sobrecogido por los nervios y agradeció la presencia de todos. Prometió que la película no era una «historia edulcorada», sino la vivencia real de un músico asturiano convertido en estrella.
Se llenó el teatro Campoamor de Oviedo gracias al documental 'Gran Casal... me como el mundo' del asturiano José Antonio Quirós. Pero faltó el esplendor del movimiento 'glam', la luz de la 'movida madrileña', aquella metamorfica indumentaria de muchos de sus seguidores.
Pero la moda de las casi 800 personas que se dieron cita en el coliseo ovetense destacó por ser como la del resto de los comunes mortales. El de ayer fue un homenaje en toda regla, un homenaje a un Casal que fue injustamente tratado y desde su muerte en 1991, olvidado. Quirós no le conoció, pero ha sabido rendirle el mejor de los tributos.
Casal conoció los dos lados de la vida. Entabló amistad con sus admiradores y miró de lejos a sus detractores. Una experiencia que vivió en su propia localidad natal, Tudela Veguín. Los jóvenes como Gustavo Fernández, de 24 años, «nos sentimos orgullosos de él y de su música, pero los mayores un poco menos por su forma de ser».
Amigos como el pintor Carlos Sierra reivindicaron a la entrada del teatro la gran figura de Casal no sólo como músico, sino también como pintor. Para aclarar la huella que dejó entre sus admiradores narró una anécdota: «Después de su muerte, conocí a dos fans muy góticas, Marta y Clara, que le siguen llevando flores al cementerio de Tudela Veguín». Para Sierra es lógico que levantara pasiones porque «Casal representaba la estética romántica, el exceso, el lujo, la imagen rompedora».
Amigos de siempre
El documental 'Gran Casal... me como el mundo' sirvió de excusa para unir dos artes, el cine y la música. A la cita no faltaron, entre otros, los cineastas Pipo Prendes, Carlos Navarro y Nacho Carballo como tampoco el músico Carlos Pinto de 'Zafiros Negros', el grupo de rock que formó Casal en la adolescencia.
Los componentes de 'Los archiduques' también se dejaron ver en las últimas filas del patio de butacas del Campoamor. Quien tampoco podía perderse el documental era Gerardo Quintana, que actualmente prepara una biografía del músico que saldrá a la luz este año. El director José Antonio Quirós salió al escenario sobrecogido por los nervios y agradeció la presencia de todos. Prometió que la película no era una «historia edulcorada», sino la vivencia real de un músico asturiano convertido en estrella.
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