martes, 21 de agosto de 2007

1984 - Casal: Entre la música y Gengis Khan - Junio 1984

Tino Casal inició el sábado por la tarde su gira veraniega con un concierto en el auditórium del Parque de Atracciones, que se encontraba lleno a rebosar. Con miles de jovencitas tarareando sus creaciones mas populares, “Embrujada”, “Póquer para un perdedor” o “Champú de huevo”, el cantante asturiano, vestido a lo guerrero de Gengis Khan, dio un repaso a los temas que le han hecho famoso y presentó su nuevo disco

El sábado pasado, con un sol radiante que hubiera hecho palidecer de envidia a los sufridos aficionados de la pasada feria de San Isidro, Tino Casal, a lo largo de cuarenta y cinco minutos, hizo un repaso general a sus históricos temas y presentó al público sus últimas creaciones incluidas en su LP de reciente aparición “Hielo Rojo”.

En el auditorio del parque de atracciones de Madrid, rebosante de familias endomingadas, niñas de comunión y miles de jovencitas que aplicadamente tarareaban al unísono “Champú de huevo” y el “póquer para un perdedor”, Tino Casal demostró una vez más su buen y peculiar hacer profesional que le hace permanecer en el pelotón de cabeza de los buenos cantautores españoles.

Repasando temas genéricos de sus dos primeros LPs “Neocasal” y “Etiqueta negra”, Casal fue calentando progresivamente el ambiente para introducir a un público encantado en sus nuevos trabajos. Atrás quedaban su mítico “embrujada” o su “Billy Boy”

Comunicación

La nueva andadura musical de Tino Casal tiene un lado enormemente positivo. A diferencia de un sinfín de grupos que pululan por las salas de conciertos madrileñas, más preocupados en insultar y escupir al público que en establecer una línea de mensaje y comunicación, Casal, desde sus “menos de cuarenta y cinco años” logró mantener un permanente interés del auditorio. Buen conocedor de las corrientes musicales actuales, sabe perfectamente adaptarse a ellas y, como buen “Juan Palomo”, darlas una factura muy personal que innegablemente calan en el público.

Su discotequero “Bailar hasta morir”, con un buen juego de voces en falsete y la presencia de una sólida estructura de teclados y percusión, prologaría su nueva etapa musical. “Pánico en el edén”, un tema que ha servido de sintonía para la Vuelta Ciclista a España 1984, será, sin lugar a dudas, lugar preferente en las mesas de los pinchadiscos este verano. Las no excesivamente buenas condiciones acústicas, del recinto y el duro “parcheo” de la batería impidieron en más de una ocasión escuchar detenidamente, la letra de dos de sus mejores temas “Mañana” y “Miel en la nevera”.

En el primero de ellos, Casal transmitió la desesperanza de un mundo incierto, duro y robotizado, con pocos espacios para la ilusión y el aliento: “viejo platillo volador”, juguete herido en el desván, sellado sin poder volar”. “Miel en la nevera” es un bello canto a la ruptura entre dos personas y el fantasma constante de la soledad.

Atrezzo

En lo que discrepamos abierta y cariñosamente con Tino Casal es en lo que se refiere a su “atrezzo” personal. Maquillado de una manera fantasmagórica, con una producción de muñequeras, fetiches, collares y toda suerte de abalorios, Tino parece querer ocultarnos que la veteranía es un grado. Es una mezcolanza de guerrero de Gengis Khan, Yago de “Otelo” y “Mercader de Venecia”, nuestro buen asturiano estaba francamente horroroso.

A nuestro modesto entender, antes de continuar con sus múltiples galas veraniegas, Tino debe mirarse dos veces en el espejo o cambiar de maquillador.

Diario 16 – 11 de junio de 1984

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