martes, 28 de agosto de 2007

1988 - Casal: Nos habla de sus origenes

¿Cual fue tu primer contacto con la música?

Yo tendría trece o catorce años, vivía en Oviedo y estaba estudiando en la Escuela de Artes y Oficios. Mi hermano mayor cantaba muy bien y a mi se me pegó el gusanillo. Con unos amigos hice un grupo que seguramente éramos los primeros en Oviedo en usar guitarras eléctricas y tocar el “Twist & shout” de los Beatles y otras barbaridades... Pero entonces allí en Asturias había un grupo que era mucho más profesional que nosotros: Los archiduques, habían tocado mucho y hasta habían grabado un disco, lo que era casi una proeza. Por las circunstancias entré en contacto con ellos cuando les hacía falta un cantante para grabar otro disco y nada, a mi me pareció estupendo, y allí empecé a cantar. Recuerdo que ya entonces hacíamos una versión del “Eloise” que a mi y al guitarra nos gustaba mucho y éramos los que teníamos las ideas más claras del grupo y de la música.

¿Recuerdas alguna anécdota curiosa de entonces?

Una vez fuimos a Madrid a grabar en la Columbia, estaban Los Canarios en el estudio haciendo una versión del “Gimme some lovin” y aquello nos impactó muchísimo: ver a Teddy Bautista con melena larga y una guitarra naranja, una Grest, cuando nosotros no salíamos de oir a los Herman Hermitts y a Manfred Man, fue muy fuerte. Otra fue cuando entramos a grabar “lamento de gaitas”. Nosotros llevábamos un pedal distorsionador de guitarra. Al enchufarle, sonaba un ruido que se metía por todos los canales de la mesa. Los técnicos del estudio estuvieron toda una mañana intentando descubrir de donde salía el ruido de la guitarra. Al final se grabó con ruido y todo. No era más que el sonido de la guitarra que salía del pedal que era una distorsión primitiva y supersaturada. Con Los zafiros negros fueron años más brillantes, todo era muy fresco. Luego con Los archiduques era mucho más profesional y hasta aburrido, promoción, giras por provincias, nos iban demasiado bien las cosas y casi nos dedicamos a hacer una vida contemplativa. Hicimos un segundo single que fue un fracaso, hablaba de Dalí y el sol, en fin, una letra pedante y horrible. Allí yo decidí dejar el grupo e invertir mi tiempo en otras cosas.

¿Que hiciste entonces?

Estuve viajando por Europa, Londres, Alemania. Cuando regresé monté una banda y fiché por una compañía que me quería convertir en una especie de sustituto de Nino Bravo. Pero mi concepto de la música no era ese y después de dos discos me despedí del negocio y me dije paso de historias, no quiero saber nada. Al poco tiempo monté un pub que se convirtió en un centro de moderneo y tal, justo cuando estaban surgiendo los Clash y los primeros punks. Se juntaba mucha gente por entonces moderna. Luego me puse a trabajar en producciones de gente muy diversa. Con los Salvajes hicimos unas maquetas en plan Graham Parker y así, pero me dí cuenta de que era inútil. Reaparecieron a finales de los setenta pero se lo querían hacer en plan heavy y aquello nunca se editó. Después hice lo de Goma de Mascar que fue una mezcla del concepto Giorgio Moroder, el rey del disco alemán, canción pop y buenas dosis de sonido fuerte casi heavy con glamour. Más tarde a Obús quise darles una imagen a lo New York Dolls en plan glam, pero no era de eso de lo que iban.

¿Tienes intención de nuevos trabajos de produccióin? ¿te interesa algo la escena española?

Sí, quiero hacer algo con el grupo asturiano Salón da da. Hay cosas que me gustan como Tam tam go! Hay otras que dan pena y creo que frustran lo que se ha estado haciendo durante los últimos años por gente como Mecano o yo mismo. Grupos como Hombres G traicionan un poco esa labor porque los discos en este país suenan. Es cuestión de elevar el nivel estrictamente musical, son casos que a mi me parecen un retroceso en ese sentido.

¿Por que regresaste al mundo del disco? como cantante me refiero...

Después del trauma de mi última experiencia con el Festival de Benidorm quedé desmotivado para cantar y asumir un peligro que no me atrevía a afrontar. Fue gracias a Julián Ruiz y a los hombres de la compañía. Gracias a ellos me fui animando y atreviendo para hacer y cantar mis propias canciones. Pero fue muy poco a poco. Traté de convencerme yo y de no convencer sino de enamorar con las canciones a los hombres de la compañía, dejar que por ellos mismos confiaran y me dijeran: vale! que se convencieran ellos también, sin prisa y dando margen a lo que iba a ser mi debut para mucha gente.

¿Julian ruiz ha trabajado contigo en todos tus discos?

Julián es un gran amigo, compartimos muchos gustos, calidad de vida... Hay una perfecta compenetración entre los dos a la hora de hacer los dieces no hay nadie que teóricamente pudiera trabajar con él como con Julián. Tiempo atrás me hubiera gustado hacerlo con Steve Lillywhite pero ahora... no se además creo que cada vez me voy haciendo más maduro, más personal. Ahora canto de manera que antes no me atrevería a utilizar. Antes cantaba algo y me salía un deje como flamenco y así no me gustaba, no lo exprimía. Ahora si me dejo deslizar me salen unos matices especiales. Son cosas que se llevan creo en la sangre, que quieras o no, has oído siempre las tonadillas, la copla, el flamenco y en el fondo eso se incrusta a veces, va implícito en los genes a lo largo de las generaciones.

Publicado en Discomarket - 1988? -Almarza-

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