jueves, 20 de diciembre de 2007

1980 - Fanzine

Grupo valenciano que nace en 1980 en plena efervescencia de la movida madrileña. Al compás de bandas como Glamour o Video, Fanzine intenta hacerse un hueco en el panorama tecno-pop valenciano.

Tras empezar como Tomates Eléctricos, con los que graban una maqueta de diez temas sin mucha suerte, y a pesar de arrastrar un gran número de fans, deciden empezar de cero y forman Fanzine.

Sin tener inicialmente una formación estable, el grupo gira en torno a las ideas de los hermanos Galán, a los que se unen gran cantidad de músicos de la escena valenciana, que participaban en Fanzine paralelamente con otros grupos: Jose Godofredo (también en Ceremonia), José Paya (ex-Doble Zero, también en Glamour).

Inicialmente el grupo estaría formado por Vicente Comes (voz), José Godofredo (ritmos electrónicos, coros, sintetizador ocasional, efectos y casiotone), Francis (teclados), Luis Pisu (sintetizadores, bajos sintetizados, efectos y piano), M. A. Galán (sintetizadores, bajos sintetizados, efectos y guitarra) y F. J. Galán (guitarra).

Como otros muchos grupos nacionales inician su andadura por la capital madrileña en la que, durante dos años, consiguen grabar tres maquetas y llegan actuar en el Rock Ola. A pesar de tener canciones de bellísima factura, como la divertida 'Llegas tarde' o 'Romance', y el hecho de estar bien contactados, no tienen suerte y pasan sin pena ni gloria.

Pero llega 1984, año en el que, por fin, firman un contrato con Paco Martín para la compañía independiente MR (sello formado por Paco Martín y Julián Ruiz). Publican el Maxi 'Llegas tarde', es decir, la antigua maqueta grabada en 1981, pero de nuevo la mala suerte se alía con ellos. Una mala promoción y distribución del Maxi, debido en parte a los problemas internos del sello MR, hace que se separen definitivamente.

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1998 - Humanoid

Humanoid, lugués de origen vasco (Santurce -Vizcaya-).

Dj y seguidor de los sonidos de Kraftwerk, Depeche Mode, Orbital. . Empezó componiendo música para un cantante de Rap (Charly J.). Contacta con el sello Jabalina a través de Xabier Font del grupo Loopside, al que hace una remezcla que aparece en su CD de debut (Miniature). Patricia Vazquez participa poniendo la voz en uno de sus temas. Compone y remezcla sus temas en su estudio personal: "el bunker".

Sus discos

"Vectorspheres" CD de presentación. Sello J.E.T (Jabalina Electronic Team Recordings). 1998.

"Razas" CD.

"O.C.R" 2º Cd album. Jabalina. 1999.

"Multicolour (prisma mix)" tema con el que participa en el recopilatorio "Mascotas". Jabalina. mayo 1999.

Su estilo

"Techno del superespacio exterior" (¡¡uff!!)

Sus máquinas

Korg MS-20, M1, EMU ESI-32, Akai S-2000, Roland mc-303, SH-01, Casio CZ-5000.

1984 - Vicio latino

Grupo que practicaba música italo-disco con un disco de nombre homónimo para Epic, en 1984, en el que colaboraba Raimundo Amador.

De este trabajo se pueden extraer dos cortes, 'Que me pasa? que me pasa?' con single en 1983 y 'Sabes que hora es?', del que se sacó un segundo single en 1984, acompañado por el tema 'Horario disco', y que a la postre sería plastificado en 12".

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miércoles, 19 de diciembre de 2007

1989 - Norte Lambert

Norte Lambert - Digital safari - 1989
LP | EPIC/CBS | España | EPC460688 1


Jingo Apache · Vocal Safari · Phantom Of The Chip · Papa The Killer · Detectives (The Saint, Ironside, Hawai Five-0, The Avengers, Mission Impossible) · Jackie'O · Radio War · Child Of The City

'Jackie'O', compuesta por Tino Casal. 1989.

1990 - megabeat - Megabeat 01

LP 1.990
Invisible Records

Nº ref.: MEGABEAT 01

Cara A:

1. THE IMPOSIBLES / Struggle for pleasure
2. THE IMPOSIBLES / Running... to my roots
3. GROUND ZONE / Hinter den bergen [Indara andara] Instrumental
4. THE ORA:CLE / Winter Mute

5. (Título no acreditado)

Cara B:

1. THE LORDS OF THE NEW BEAT / Back in the jungle
2. TYRELL CORPORATION / Nexus 6
3. TYRELL CORPORATION / Nex light

4. GROUND ZONE / Hinter den bergen [Indara andara] Voice
5. (Título no acreditado)

Grabado en Enero y Febrero de 1.990.

NOTA: Los temas sin títulos aparecieron sólo en la segunda edición del disco.

Megabeat debutan con un variado LP que inicialmente se distribuía en bares y similares. A pesar del engañoso aspecto de disco recopilatorio, se trata sin embargo de las primeras grabaciones del proyecto (que en este disco utilizó diversos nombres) enmarcadas en diversos estilos que se irían perfilando con el paso del tiempo, y que en muchos casos son versiones o mezclas de temas ajenos. El inicio no puede ser más peculiar: "Struggle for pleasure" es una versión de un tema del compositor belga Win Mertens, montado sobre un ritmo machacón. "Running... to my roots" está basado en el "Running" de Information Society. "Hinter den bergen" es otra versión increíblemente fiel de un viejo tema de los alemanes Grauzone, grupo que sobre el año 80 o 81 adquirió cierto renombre gracias sobre todo a sus temas "Eisbar" y "Film 2", firmada curiosamente con el nombre de Ground Zone. No figura sin embargo ninguna referencia a la autoría original de estos temas en los créditos de la carpeta, cuyo diseño y tipografía son realmente caóticos. Al final de la cara A (en la segunda edición del disco) se puede oir una breve miniatura de pop instrumental interpretada con instrumentos convencionales, en una onda similar a la de grupos como The Essence, que fue reeditada en el álbum "Megabeat 4" con el título de "Circle". Con "Back in the jungle", se anticipan al sonido house tribal de los últimos Cabaret Voltaire/RH Kirk. "Nexus 6" se puede considerar una versión del "Home Computer" de Kraftwerk, aunque contiene elementos de cosecha propia. "Nex Light" le debe mucho a los Front 242 de la época 87-88. Y al final de la cara B (sólo en la segunda edición), aparece una descarga de techno cibernético de retumbantes bajos cuyo título no figura en parte alguna. Un disco ecléctico y sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta la sequía existente en nuestro país en lo que a música electrónica se refiere.

(C) Carlos Salvadó, 2000

martes, 18 de diciembre de 2007

1982 - Metal y Ca

Después de una serie de actuaciones y un ligero éxito a nivel local, Curro (El Humano Mecano), decide desaparecer como tal y buscar un grupo.

Por otra parte Fernando, del grupo Pop Decó, veía venirse abajo la formación y decide incluir en ella a Curro y, tras dos días de ensayo, el resto del grupo (Fernando Márquez, Paco Díez De Velasco y Antonio Zancajo) deciden montar uno nuevo combo dejando a Curro a solas con sus sintetizadores.

Es entonces cuando se juntan Curro Rodríguez (voz y sintetizador), Fernando Cañada (voz y guitarra), Fernando Cabello (saxo), Ana Valenzuela (coros) y Ana Villalta (coros) formando Metal & Ca, convirtiéndose en uno de los primeros grupos tecno-pop del panorama madrileño, donde predominaban sus ritmos electrónicos, letras entre industriales y sentimentales, metal y cavilaciones tecnificadas para producir exquisitas canciones melódicas.

Al poco tiempo de formarse realizan unas cuantas actuaciones, pero donde verdaderamente se dan a conocer ante el público madrileño es en Rock-ola, los días 26 y 27 de Junio de 1981, actuación en la que graban dos temas que les sirven como maqueta ('Ciudad Vestal' y 'Datos').

En Septiembre actúan en Golden Village, en la fiesta tecno de Diego A. Manrique, Carolina y Rock-ola.

Ya en 1982 graban su segunda maqueta con 'Datos', 'El último superviviente' y 'Automáticas' y se interesa por ellos el Aviador Dro, pero no hubo acuerdo final.

Aún así, actúan en el colegio C. M. San Juan Evangelista, donde presentan un nuevo miembro, Fernando (ex Nikis), con el que realizan sus actuaciones como miembro fijo.

Su siguiente paso fue tocar en la Galería Amadís y salir medio de gira a otros puntos de la Península. Incorporan a su puesta en escena, pantallas de televisión que leen la música que interpretan.

Además, graban su primer disco, con Lollipop, que salió a la venta en Mayo de 1982, un Ep con los temas 'Datos', 'El último superviviente' y 'Humano', la que sería la primera referencia de este sello.

Este mismo año grabarían un nuevo EP, también con la misma compañía, con los temas 'Velocidad' y 'Sala de control' en la cara A; y 'Automáticas' y 'Largas Vacaciones' completando el disco en su cara B. Fue grabado a finales de 1982 en los Estudios Trak de Madrid.

Ya en 1984 grabarían un nuevo single, con dos temas, 'Oriente' y 'Planeta'. Después de este single, el grupo desapareció del mapa musical.

Javi bernal + Manuel Guinarte
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lunes, 17 de diciembre de 2007

1984 - Magenta

Trío femenino de pop procedentes de Burgos formado por Marta Barriuso (voz), Pilar Gil (violín) y Rosario Mazuela (bajo). Anteriormente eran conocidas como Modesty Blaise.

Su único Lp lo grabaron para Epic en 1983, pero sin demasiada suerte, disco producido por Nacho Cano Producciones. Se titulaba 'La Reina del salón' y contenía 'Detras de mi', 'Luzbel', 'Los salvajes', 'Transilvania', 'El pasillo estrecho', 'La reina del salón', 'Sin botas', 'Sacromonte', 'Memoria de acordes' y 'Caballeros y princesas'.

Se extrajeron cuatro singles, 'El pasillo estrecho'/'Transilvania', 'Los salvajes'/'Luzbel', 'La reina del salón'/'Sacromonte' y 'Detrás de mi'/'Sin botas'.

La Bola de Cristal incluyó en su programa el videoclip del tema 'Detrás de mi'. Posiblemente una de las mejores formaciones femeninas de los ochenta, por no decir la mejor, lástima de las circunstancias.

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1983 - Luna

Luna fue un proyecto musical muy acorde con su época, los primeros años ochenta, una etapa plena de sintetizadores y de acarameladas melodías de pop electrónico. No obstante, el grupo leonés logró aportar un aire jovial y desenfadado al muy sofisticado panorama del tecno-pop estatal de 1983. Pero, a pesar de practicar un genero en boga y haber facturado un magnífico primer álbum, el éxito de Luna fue efímero. Asimismo, su propuesta musical estaba inspirada en los referentes británicos del género (Yazoo, OMD...) y basaba sus cimientos en las estructuras más sencillas del pop melódico de los años 60.

Luna se agrupó en Ponferrada (León) entre 1981 y 1982 con músicos sobradamente curtidos en los terrenos del rock sinfónico y veteranas orquestas de baile. La nueva banda comenzó a registrar pronto sus primeras maquetas presumiblemente iluminada por los primeros éxitos de grupos como Mecano o Azul y Negro. Por entonces, el núcleo fundamental del grupo lo componían Carlos Blanco (teclista, compositor y líder de la banda) y Marián Fernández (vocalista y letrista), aunque la formación se completaba con Berto Soto (bajo) y Diego González (guitarras).

En 1982, tras haber presentado en Madrid sus primeras maquetas, el cuarteto fue descubierto por MR, el prolífico y desmedido nuevo sello independiente dirigido por Paco Martín y Julio Ruiz bajo los auspicios de Ariola-Eurodisc. De esta forma, en enero de 1983 el grupo de Ponferrada se presentaba al público dentro del álbum recopilatorio '4473910' compartiendo vinilo con a otras bandas de la mencionada discográfica independiente como Pistones, Fahrenheit 451, Waq, Episodio, Estación Victoria y otros.

En aquel álbum Luna despuntaba con el tema 'Es un sueño', un medio tiempo en clave de tecno-pop que ya rebelaba al público los rasgos principales del repertorio del cuarteto leonés: melodías pegadizas y correctísimos arreglos de pop electrónico; todo aderezado con unos textos pretendidamente ingenuos y de vocación adolescente.

Pocos meses después, en la primavera de 1983, el sello MR-Ariola publicaba su álbum de debut, de título homónimo al de la banda, 'Luna', con casi una decena de cortes de tecno-pop ligero y comercial dentro de una carpeta muy a la moda de la época (colorista pop-fashion). Gracias a este álbum Luna gozó de un fugaz momento de popularidad; durante el verano de 1983 la crítica les catalogó como los 'nuevos Mecano' del pop español (en ocasiones, en tono peyorativo) alineando al grupo de León junto a otras prometedoras formaciones estatales de intenciones similares a la suya, como Vídeo, Betty Trouppe o Comic.

Del primer elepé de Luna se extrajeron dos singles: 'Mi verdad' (tecno-pop bailable y jovial, su hit más claro) y 'Es un sueño', una composición más intimista y cercana a los referentes británicos del genero del pop electrónico. Además, dentro de aquel debut también destacaban otros cortes como 'Me quiero marchar', un hipnótico tema de ritmo pausado que se revelaba claro deudor de temas como 'Souvenir' y 'Joan Of Arc', sendos hits internacionales de OMD. De hecho, no fue casualidad que el mencionado grupo británico llegase a escoger a Luna para participar como grupo telonero en su gira española de 1983.

Meses después, tras haber participado en algunos programas de radio y televisión, la estrella del grupo comenzó a declinar. No obstante, en 1984 apareció un nuevo single del grupo, 'Tú de qué vas', ya con Carlos Blanco y Marián Fernández como únicos protagonistas del proyecto.

La canción de Luna 'Me quiero marchar' también se puede encontrar en el recopilatorio 'I Love MR', compilación en cassette del catálogo de grupos de aquel sello independiente de principios de los años 80.

Llega 1985 y graban un escurridizo Lp para Twins titulado 'Dioses perdidos', grabado en los estudios Trak de Madrid, figurando como ingeniero de sonido Juan Ferro, con arreglos de Manuel Toro. Contenía los temas 'Quien eras', 'Dioses perdidos', 'Desde Rusia con amor', 'Entre sueños', 'Cuentos de Grant', 'Dias grises', 'Círculos' y 'Chicos de negro'. La formación del grupo en este disco fue Carlos Blanco (teclados), Marián Fernandez (voz), Juan Ferro (guitarra), Manuel Toro (bajo y teclado) y Carlos Torero (batería).

En el año 2001, el primer Lp de Luna fue reeditado por el sello multinacional BMG dentro de la serie 'Lo mejor de la Edad de Oro del Pop Español'. Ese mismo año, el grupo leonés de pop electrónico Galáctica incluyó una versión del tema 'Mi verdad' dentro de su primer álbum, 'El fotógrafo del más allá'.

Pablo M. Vaquero
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sábado, 15 de diciembre de 2007

2001 - Chico y chica - Sí

Las canciones que van en el disco son estas:

La de "Supervaga" es la primera y es de las más machaconas. Empieza con un ritmo súpercañero y el vocoder de Genís Segarra (del Año Internacional del Vocoder). Es una de las canciones que más apariciones estelares tiene: los coros de las Sardinitas y los gritos de las hnas. Swarzenegger. Los silbidos son de Ana Rosa Stanwick.

La de "Perdona que te diga" está inspirada en una ruptura amistosa. Esta canción es menos machacona que la anterior pero tiene mayor índice de feeling. Es seguramente una de las canciones más sinceras del álbum. Rosa suena muy sobrada y es porque ya ha superado esa ruptura.

La de "Aburrida de la vida" es de las más viejas. No hace falta recordar que ya aparecía en "Lujo y Miseria". Lo bueno es que la música aquí es nueva y también está cantada otra vez.

La de "Comida podrida" es la canción más Beatle y es también la primera balada del disco. Está grabado en Siria (concretamente en los estudios Blade Snapper) con las cuerdas de la Orquesta de la Flor de Damasco.

La siguiente es la de "De cintura para arriba". Es de las más modernas, con una percusión industrial inspirada en los primeros Art Of Noise. Parece hecha con un Fairlight.

La de "Tú, lo que tienes que hacer" es quizás la más célebre. Cantada a dúo con Félix Daniel, consiguen un registro vocal realmente novedoso que sorprende por su sobriedad.

La de "Es lo suyo" es de las más electrónicas y progresivas (muy Sónar) y, por lo tanto, de las más comerciales. Sobre el pulso del bajo se desarrollan toda una serie de sonidos de ordenador. El pianillo "surround" de Pirinio Glass Scott le da un ambiente entre el minimal y lo sinfónico.

La de "¿Por qué la ha escogido?" está grabada en directo en Roma, en una sala para conciertos tipo Hard Rock Cafe pero que allí se llama de otra forma. Entre memorabilia Rolling Stone grabaron esta canción con guitarra sampleada.

La de "No me preguntes la hora" es ya muy conocida porque salió de single el año pasado. Habla de la pérdida de la noción del tiempo en la noche. Es muy discotequera y es la sintonía del Sónar2001.

La de "Todo en un día" es la mejor canción del disco, porque resume todos los sonidos e ideas que el grupo ha desarrollado a lo largo de su tremebunda trayectoria.

La de "Cuchillito y tenedor" está cantada a dúo con el cantante rockero de Josetxu Anitua y, aunque lo parece, no es la última canción del disco.

En definitiva, que nunca se ha visto un disco con tantas canciones buenas. Casi todas podrían ser o han sido single. De hecho hay muy pocas de relleno.

A esto contribuye un sonido brillante y la producción americana de la voz, tipo "solista americana", realizada por Luis Carlos Esteban en su nueva casa.

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1999 - big toxic

"Big Toxic reaparece bajo el fantasma de Smol Tosi. Febrero del 99"

Cultura tecnológica

El corazón de un cordero le sirve como portada para su primer álbum, un disco destinado a alegrar la escena electrónica en un año en el que ésta debería crecer para justificar las esperanzas puestas en ella.

Uno de los componentes de La Fura dels Baus no terminaba de pronunciar bien eso de Big Toxic y, para su nuevo proyecto discográfico, decidió elegir un nombre más sencillo, más… fácil de pronunciar. Se olvidó de "small" (pequeño, en contraposición de "big", grande) y eligió "Smol". Igual hizo con lo de "toxic": si en España no se pronuncia la "c" final, ¿para qué ponerla? Y todo porque cuando empezó a despuntar en esto de la música, en los tiempos en los que quedó encuadrado en Fangoria, no le parecía nada atractivo firmar como José Tomás Martínez, su verdadero nombre. Así, se acordó de una broma de juventud, una en la que a su cuatro latas desvencijado ya no le cabía el equipaje elegido para la acampada en Cullera, y decidió bautizar al coche con un spray en lugar de con una botella de champán. La situación le resultó dadaísta e inmortalizó al vehículo con el nombre de "Dadá toxic".

Acaba de poner en circulación su primer álbum de larga duración, un proyecto más serio que lo que en principio pueden suponer sus maxis o sus habituales inclusiones en recopilaciones de música dance. El no se lo toma tan a pecho: piensa únicamente que es un álbum digno, pero insiste en que no va a ser el mejor del año. Es un tipo que ha pasado la treintena y que en el librillo de su compacto señala que en el mismo año en que murieron trece mil niños, más de dos mil personas fueron ejecutadas en base a penas de muerte y otras tres mil murieron de SIDA la gente sólo se acordará de la muerte de Lady Di. Con estas ideas, ¿cómo va a considerar importante su disco?

Sin embargo… lo es. Big Toxic (ahora Smol Tosi) tiene ya suficiente trayectoria como para ser uno de los abanderados de la música electrónica en este país. No se considera pionero porque, como dice mientras tomamos un café, conoció a los pioneros, a Curro Rodríguez y sus Metal y Ca. o a Aviador Dro. Desde pequeñajo vivió en Francia, donde nació, y su cultura musical no ha considerado nunca el rock como el tronco principal. Cuando a los trece años se vino con sus padres y su hermano para Madrid dejó de lado sus estudios de piano y siguió insistiendo y adentrándose en las formas estéticas que le gustaban. Entró de tal forma en el tema tecnológico que hoy en día, cuando suena un móvil en el café donde estamos sentados, es capaz de decir "es un Nokia" sin necesidad de verlo.

Comenzó haciendo techno pop, pero como aquello no daba dinero, entre maqueta y maqueta se puso a trabajar en el mundo del taxi. A él no le gustaba --"el trato con la gente se me da fatal", dice--, pero eso le permitió conocer a Miguélez cuando se estaba montando el asunto Fangoria. Corría el 89 y las cosas iban mucho más deprisa que ahora: pasó una maqueta plagada de eurobeat a su cliente y a los diez días se encontró una llamada en la que le pedían su colaboración. "Me querían como batería, pero yo no entendía nada de lo que hacían; era algo así como una mezcla entre música electrónica y rock", comenta. El caso es que se quedaron en el proyecto Nacho Canut, Alaska y él. Poco a poco el tema fue creciendo y junto a los discos de Fangoria aparecieron los estudios Vulcano, un elemento imprescindible para el grupo que fueron organizados casi en su totalidad por Big. Hoy en día, Toxic Audiodrome, su propio estudio, es casi una copia de Vulcano.

Su nombre empezaba a sonar dentro de una pequeña escena que quería recuperar la música electrónica y seguir aquí la tendencia de la juventud europea, ésa que ya ve el rock como la música de sus padres y no como la suya. "Los clubs, la música electrónica y el baile son el eje de la transformación europea a nivel juvenil, entendiendo por joven la gente que está entre los dieciocho y los treinta. Juntar a seiscientas mil personas en un 'Love Parade' no es, evidentemente, un hecho de minorías. Lo que ocurre en España es que se está yendo a una revolución de derechas: estética rebelde con mensaje conservador", me comenta analizando la situación de este país.

El caso es que su música empezó a ser solicitada para ballets y para bandas sonoras, circunstancia que le surgió después de que tuviera, con Fangoria, su primera experiencia para el cine en "La lengua asesina". Un buen día, buscándose la vida como habitualmente hace, se encontró haciendo una demostración de instrumentos electrónicos a La Fura del Baus. La misma fue tan interesante que la gente de La Fura compraron el equipo, pero también decidieron contratar al programador. Eso le supuso entrar en una experiencia a su medida. "MTM", el montaje de La Fura por aquellos días, contaba con treinta y seis millones de presupuesto y era un espectáculo multimedia basado principalmente en la tecnología. Estaba en su salsa y se le ponía piel de gallina cada vez que tocaba en directo alguna de las doscientas veces que se representó la obra por todo el mundo. En una ocasión le fallaron todos los ordenadores y tuvo que salir del paso recolectando todos los CDs que había en el teatro y poniendo música a la obra según operaban los nueve actores del grupo. "Lo pasé fatal, pero el público no se enteró", dice mientras lo recuerda. Trabajar con La Fura le permitió viajar. Alemania, Brasil, Australia, Polonia… Ello no le ayudó demasiado a la hora de completar su concepto musical, pero sí "a saber mejor lo que soy". Desde entonces se declara europeísta y occidentalista.

Como productor ha ejercido ya en los álbumes que recogen la música de los espectáculos de La Fura y en discos de No Faith, Astrogirls, Intronautas o el más reciente de Stereoceano. "Producir es lo que me gustaría hacer "--señala--", pero en España no hay tantos grupos de los que pudiéramos llamar 'medios'. O venden la tira y quieren un productor de prestigio o son bandas que empiezan. En este terreno yo estoy abierto a todo, pero resulta que gano más dinero remezclando que produciendo". No es extraño, ya que como remezclador se ha ganado un prestigio de gran altura. No son sólo los trabajos realizados con material de Bunbury, Azul y Negro o Esclarecidos ("en esa remezcla llegué a niveles de virtuosismo electrónico brutales"), sino el reconocido "Onion soup trituraded by Big Toxic", un trabajo asombroso que rehacía por completo el álbum de Sexy Sadie y que tuvo una repercusión importantísima tanto para él como para los de Baleares. "Hice la remezcla de 'Cuernos de espuma' para una película y el resultado gustó, por lo que me encargaron hacer el disco entero", recuerda. Le pregunto si es más fácil remezclar un tema o componerlo, si lleva más tiempo lo uno que lo otro: "Depende. Hay veces que tardo dos o tres días en hacer un tema y en ocasiones me he estado tres semanas para hacer una remezcla. Nunca entrego nada con lo que no quede satisfecho y, por eso, me tomo el tiempo que considero necesario para cada cosa".

Para componer y grabar todo el material de "Love and…", el disco que firma como Smol Tosi, necesitó un mes. "Lo que más tiempo me ha llevado ha sido la logística", añade. En principio no sabía si editarlo en uno de sus tres sellos u ofrecérselo a una compañía, ya que en el asunto de la promoción, reconoce, no está muy ducho. Finalmente, el álbum saldrá publicado en Subterfuge gracias a una licencia de Procinik, la etiqueta de Big que utilizará para sus proyectos de drum'n'bass. Audiodrome, otro de sus sellos, dedicado al dance, es comercializado en Alemania por Newton, mientras que Old Pussy Recorder, su tercera etiqueta, centrada en el house, estará disponible en España gracias a So Dens.

Hablando de "Love and…" me comenta que lo ha hecho con bastante gracia y que no hay en él ese "integrismo" que se respira en tantos discos de música electrónica. Los títulos de los temas los puso un amigo suyo y la música ha sido ofrecida en directo en el último Pop Korn alemán. "Es algo parecido al hardcore drum'n'bass, pero con más música electrónica de lo normal. La gente tiene un sentido muy negro de entender el drum'n'bass, pero yo lo hago más electrónico que jamaicano. Desde que vi a Roni Size en directo lo entiendo de otra manera". Roni Size es hijo de jamaicanos y actualmente vive en Bristol formando parte del colectivo de drum'n'bass y jungle Full Cycle. En el 97 consiguió hacerse con el Mercury Music Prize al mejor disco del año con "New forms" por delante de figuras del pop como Oasis, Radiohead o Suede.

Una de las cosas que más me llama la atención de "Love and…" es que es un álbum que se puede escuchar fuera de las pistas de baile. "Es lo más parecido a lo que yo escucho en mi casa", señala Big al tiempo que comentamos lo complicado que es contarle a alguien de qué va un disco de música electrónica en un universo plagado de etiquetas de lo más extrañas: "Yo también me río "--dice--" con todo eso del electro dark siniestro inteligente y cosas así. Me parece surrealista y es como poner una etiqueta distinta a cada disco que sale". Todos los temas del álbum son instrumentales, aunque la voz aparece como un elemento expresivo sin necesidad de textos. Queda para un futuro el proyecto de editar un álbum en el que ocho o diez vocalistas (Bunbury y Cristina Lliso entre otros) pongan voz y letra a las piezas de Big Toxic. "A mí también me llama la atención escribir letras "--añade--", pero quiero hacerlo bien. Eso requiere su tiempo y, realmente, ahora no lo tengo".

Hablamos de las posibilidades del disco, un álbum que tranquilamente podría sonar en las radios sino fuera por lo sesgadas que son aquí las emisoras. Big me habla de las instituciones, de lo que ayudan a las músicas más obsoletas y de lo poco que aportan de cara una cultura más contemporánea. "Estamos llegando a los niveles culturales del franquismo "--llega a decir--": fútbol, toros y pasodobles. Cuando parecía que aquí se iba para adelante todo se ha parado. Hasta salen cantautores que, además, no dicen nada interesante…". Me señala también la falta de medios que tienen las pequeñas compañías que se especializan en la música electrónica y, metidos en conversación, le hago notar que el que "Love and…" aparezca bajo el amparo de Subterfuge puede ser positivo para su promoción. "Está el precedente de lo hecho con el álbum de Sexy Sadie y el hecho de que a ellos les ha gustado el disco. Si se consiguiera tanto como con aquél…"

Para promocionar el álbum no tardará en subirse al escenario con sus bártulos y congregar al personal interesado. Big Toxic (no termino de acostumbrarme a lo de Smol Tosi) es, precisamente, de esos artistas que defienden sus propuestas en directo, algo realmente extraño dentro del panorama tecnológico musical español. "Siempre es un sacrificio, ya que donde estoy cómodo de verdad es en el estudio, pero así veo las caras de la gente respecto a lo que les ofrezco. Además, no hay mejor promoción que tocar en vivo". Le pregunto por qué no es más frecuente ver live acts con artistas españoles y me plantea la problemática del equipo: tú puedes tener suficiente material como para grabar algo en tu casa, pero no el necesario para "tocar" delante de la gente sin llevarlo todo grabado.

Junto al futuro de "Love and…", Big Toxic tiene otros proyectos. Ha acabado un vídeo para HD Substance y está preparando el que corresponderá a su primer single. Precisamente, con HD Substance y con Tony Rox se va a hacer cargo de la programación y de la música de la sala Soma. No es el pinchar una de las cosas que más le ilusione ("admito que mucha gente lo hace mejor que yo, aunque en España los DJs no son nada extraordinario"), pero entra dentro de la dinámica "maquinal" de una persona que conecta con Internet desde que apareció la red y que vive y duerme enganchado a tres antenas parabólicas que le proporcionan más de doscientos canales de televisión. "El resurgir de los DJs viene dado por la decadencia del rock, ya que queda un hueco en el ocio popular que es llenado por la música de baile", comenta hablando de este tema.

Llegado a este punto, le pregunto por la teoría que presenta la música electrónica con los mismos principios que el punk de los últimos setenta: requiere pocos medios, no necesita virtuosismo y, encima, molesta a los parámetros estéticos de la generación anterior. "Vince Clark consideraba el techno más cercano al punk que al rock y yo pienso más o menos lo mismo. La electrónica requiere una técnica, pero no una habilidad. Resume el renacimiento cultural en base a la tecnología". La diferencia, para algunos, estriba en que el rock tenía más contenido ideológico que la actual escena electrónica. "Me molesta "--argumenta--" que se diga que este tipo de música es individualista, ya que es justo lo contrario: prima lo colectivo, desde la magnificencia de los raves hasta la intimidad del club, se basa en el contacto con la gente. En esta música hay mucha más comunicación que la que hay actualmente en el rock o en el rap: se basa en la colectividad, ya que, sin gente, es imposible divertirse".

E.P.

Smol Tosi. "Love and…". Procinik
http://todaslasnovedades.net/

1997 - la generación 'techno' de aqui

"Entre máquinas y platos. Noviembre 1997"

Un afanoso comando de grupos, disc jockeys, productores y sellos ha conseguido vencer los tópicos y dar forma, en apenas dos años, a una escena electrónica creíble y cada vez más abultada. Son los héroes de una revolución que, al fin, ha puesto al pop español de cara al futuro.

Doce años después del estallido del fenómeno musical más dinámico y democratizador de los últimos tiempos, España recoge sus frutos. Ha tardado lo suyo, desde luego, pero es que antes le ha tocado barrer prejuicios a mansalva y sacudirse la caspa que ella misma se había procurado. Claro que ahora no es cuestión de ponerse a buscar culpables o efectuar públicos linchamientos, pues bastante tenemos con llegar tarde a lo que por ahí fuera ya se considera la máxima expresión de la cultura juvenil de fin de siglo y aquí aún tiene visos de oportunismo.

Si el techno (por emplear la palabra/comodín que ha acabado designando toda música electrónica orientada hacia la pista de baile) es hoy popular en nuestro país no es precisamente por las oportunidades que se le han dado a los disc jockeys, productores y artistas nacionales que vienen practicándolo. Algunos (muchos) dirán que tampoco las merecían hasta hace bien poco, claro. Es que la chirriante imagen de un Chimo Bayo –que, dicho sea de paso, ha reunido a más gente en sus actuaciones en Israel y el sudeste asiático de la que nunca atrajeron Héroes del Silencio en sus "triunfales" giras centroeuropeas– todavía escuece las retinas de los guardianes de la autenticidad patria, a quienes las máquinas siempre les han resultado indigestas.

He ahí, precisamente, el primer escollo. Por una de esas oscuras razones que tanto cuesta comprender, la llamada "música de baile" parece, o al menos parecía hasta ayer, no tener cabida dentro de ese vago y difuso territorio que es el pop (la música popular, en definitiva). Aquí, por supuesto. Fuera, hace tiempo que saben que el destino del house, el hip hop o el techno es tan pop como lo es el del "indie", por ejemplo. Y decimos "indie" para remarcar hasta qué punto puede llegar la estrechez de miras de sus próceres/apóstoles, cegados en sus obsesiones guitarreras, que le niegan al baile su carta de independencia. No vamos a intentar, en todo caso, desentrañar el porqué de la absurda cerrazón roquista española que obvia por la cara la realidad "dance". Será que les duelen prendas ver cómo unas minúsculas compañías que comenzaron licenciando temas foráneos se han hecho de oro (Max music y Blanco y negro las que más), sobre todo a costa de infames megamixes, que también es cierto. Pero nadie ha dicho que calidad e independencia estuvieran reñidas. Y ahí nos topamos con el segundo escollo.

Acostumbrados a que nadie les haga caso, los productores/ artistas/DJs acaban montándoselo por su cuenta –y riesgo–. La expansión dance ha ido así a modo, lenta pero segura, en creciente progresión. De hecho, la evolución global de la escena en todo el mundo sólo puede entenderse por el papel que han desempeñado las innumerables escuderías aparecidas en estos diez largos años. La proliferación de sellos independientes, algunos verdaderamente mínimos, refleja la hiperactividad de los creadores techno y el hambre de las pistas, que reclaman con urgencia nuevo material. Y la voraz inmediatez con que se consume hace posible el auge, ocaso y resurrección a velocidad de vértigo de estilos, géneros y modas de manera que nadie está dispuesto a pararse ante la posibilidad de morir aplastado bajo las ruedas de semejante convoy. El problema es que, como el resto de los mortales, esta gente tiene que comer y, encima, mantener un negocio, por lo que los trabajos alimenticios y/o mercenarios se vuelven imprescindibles: producciones facilonas, populistas, descaradamente comerciales… La mayoría de la basura techno que hemos consumido e identificado como "bakalao" responde casi siempre a tan cruel necesidad (ojo, que esto tampoco debe servir como excusa). Pero, como suele suceder, los árboles no han dejado ver el bosque y se optó por una desagradable e interesada generalización sin pensar siquiera que, por la mera circunstancia de haberse generado con platos, samplers, secuenciadores y demás cacharrería electrónica, no toda la música techno es "bakalao". Para el caso, el daño ya estaba hecho.

Los proverbiales pícaros y marrulleros que tanto proliferan por estos pagos al olor del dinero fácil (responsables en gran medida de esa ola de megamixes y "covers" discotequeros de temas pop/rock con tirón en las listas de ventas) y la politización y manipulación mediática del fenómeno (recuérdese el escándalo amarillista de la penosa "ruta del bakalao") hicieron el resto. Hubo que esperar a oír los cantos de sirena de la moda "clubbing" (cuando lo nuestro siempre ha sido la "cultura de bar", no la "cultura de club") y a que en los grandes festivales por ahí fuera sonasen DJs y grupos electrónicos para empezar a tomarse el asunto con un mínimo de interés, sobre todo, en cuanto aquí se comenzaron a calcar esos macroconciertos con acampada. Tan infausto como providencial, el invento de la "carpa dance", una manipulación roquista donde las haya del baile, ha descubierto finalmente la realidad techno a la masa; bueno: una parte de la realidad, ésa que tiene que ver con los sonidos más, digamos, experimentales, ya que el technoesnobismo nacional sólo da crédito a cierta música de club (primero el trance y el ambient con su parafernalia chill out, después el trip hop y ahora el jungle/drum'n'bass). Por suerte, mientras en la superficie se gastaban los cartuchos en salvas inútiles, el underground de la escena, más agitado que los bombos del telecupón, preparaba su asalto.

España baila

Echamos un vistazo a los grupos, DJs y productores (a veces todos reunidos en una única persona) que han logrado que el futuro del pop nacional sea definitivamente techno.

Alex Martín: prodigioso con las máquinas, este jovencísimo DJ, productor, compositor y remixer barcelonés factura lo mismo techno que ambient, deep house, electro y jazz mutante. Fue el primero que hizo concebir esperanzas para la electrónica bailable patria y pasa por ser nuestra figura dance más internacional (ha editado con prestigiosos labels alemanes, ingleses y franceses). Tiene su propio sello, Higlamm (con Oxident Audio, estudio de grabación también propio), distribuido por Minifunk, donde también edita como Alex Martín y Full Duplex (junto a su compañera sentimental, la DJ Mayte S.). Ha grabado igualmente con Zen records y Cosmos ("Alex Martín ensamble").

An Der Beat: un pálido ilerdense que hace funk como si fuera negro y americano. Aunque David Nicolau tiene su pasado como instigador de ritmos maquinales blancos (entonces se hacia llamar Child—B), su fama se la ha ganado revisando los sonidos más negroides y sudorosos, que explota como pocos en su álbum "Recicla—Ho", editado por el sello barcelonés Minifunk.

Big Toxic: productor de techno contundente y colaborador habitual en las grabaciones de La Fura dels Baus y Fangoria. Se ha convertido en unos de los remixers más solicitados país (Carlos Berlanga, Lazy Sundays, Sexy Sadie) y de vez en cuando también se le llama desde fuera (ha remezclado a Nine Inch Nails). En su haber tiene unos cuantos maxis y varios temas dispersos en recopilatorios del prestigioso sello Geometrik (salido de Rotor, casa madre de los seminales Esplendor Geométrico).

César de Melero: a este DJ y productor catalán se le tiene por el introductor del acid house en nuestro país. Apreciado incluso en ciertos círculos británicos, anda a caballo entre Barcelona, Ibiza (Ku siempre ha sido su bastión) y París, donde codirige el sello Prozak—Trax y está instalada la mitad de su proyecto Alëem. Exquisito housemaster, por cierto.

Elesbaan: DJ de origen gallego afincado en Madrid, residente del club Soma y hábil experimentador de sonidos. "UFO" (Rhythm of time) es su maxi de presentación, cercano a las corrientes más radicalmente minimalistas del techno detroitiano. Su presencia es habitual en todos los raves peninsulares.

Fangoria: la reencarnación techno de Alaska y Nacho Canut (Kaka de Luxe, Pegamoides, Dinarama) data de finales de los 80, cuando cayeron rendidos de tanto bailar acid house. Sin abandonar nunca su vena pop, se han acogido al lado más frío de la electrónica (sobre todo británica): bleep, cyberdelia, ambient y trance. La serie de tres EPs "Un día cualquiera en Vulcano" es su mayor legado hasta la fecha. Nacho también da rienda suelta a su sobredosis de bpms en solitario grabando para el sello albaceteño Spinnic (hogar de los electroduendes Terry 4, Astro Girls o Alpino) como Calígula 2000.

The Frogmen: la gran baza del house español –versión minimal y profunda, bordeando el techno–. Son Leandro Gámez (alias Cío cuando va por libre) y Tony Rox, celebrado DJ madrileño. Su deslumbrante álbum de debut, "A new home" (Boozo), es la culminación de una ya larga trayectoria. Editan incluso en Alemania.

HD Substance: el proyecto musical del DJ, productor y editor de la revista "Undersounds" Luis Rozalén. Lo suyo es el techno ácido, aunque tampoco le hace ascos al ambient y al electro. Edita, sobre todo en los sellos madrileños Boozo, Elefant dance y Rhythm of time.

Jazzin' Club: el colectivo de DJs que mejor ha sabido glosar las excelencias del jazz contemporáneo y mutante. En sus sets tocan todos los palos (por algo son tres: Nava, Chema y Dave, y se reparten): drum'n'bass y electro, breakbeat y latin house, hip hop y phat beatz, cosmic disco y deep house, pero siempre con una actitud jazzy, la misma que derrochan cuando ejercen de remixers (Digi Onze, Azúcar Moreno…). Han creado el sello Full on, cuyo primer fichaje son los hip—jazzers Jazz Two, y son los responsables de la distribuidora Ama.

José Luis Magoya: cocinero antes que fraile, Magoya es, ante todo, un músico/productor metido a DJ. Fue director de los estudios Planet y actualmente ejerce de exitoso residente de los clubs MidDay y Dance madrileños. Ha grabado para Boom, el sello del DJ estadounidense David Alvarado, y aquí edita sus veleidades deep house con Minifunk, Boozo (donde graba como Mastrangelo) y Elefant dance.

Kadoc: un millón y medio de copias vendidas de su "Nightrain" en Europa (150.000 sólo en Gran Bretaña, donde han actuado incluso para el mítico programa de la BBC "Top of the pops") les acreditan como el grupo dance español más internacional. Están grabando su primer álbum en Holanda para el sello Fonky fibe (Arcade/CNR en España y Manifiesto en Gran Bretaña). Son los madrileños David Peñín y Juan Carlos Molina, creadores de Zen records, desde donde han editado bajo los alias de Underwear, Ultraviolet, Evidence, Vinyl Juice…

Kike Boy: DJ y productor madrileño, muy próximo a la escena happy hardcore teutona (por eso aquí se le envió con un billete sin retorno a las simas del "bakalao"). Estrella del veterano pero poco reputado sello Quality, en su currículum hay una innumerable colección de maxis y un álbum, "Generación X", que lo ha rescatado del castigo. Su evolución hacia al house/nu energy también le ha ayudado. En Asia vende como churros.

Loe: en realidad, Eloy Martín, DJ residente del célebre club barcelonés Moog, responsable de la distribuidora So dens y uno de los capos del sello a que ha dado lugar, Minifunk. El EP "Dancing moog" es su minimalista carta de presentación.

Madelman: el bilbaíno José Luis Rebollo goza, ahora mismo, de uno de los clubs de fans más nutrido de la escena merced al pop electrónico que despliega en "Palais", su álbum de debut para el sello Cosmos. De la experimental ambiental al techno en clave easy listening, sin caer en el absurdo. Entrañable.

Le Mans: sin ser un grupo eminentemente techno/dance, estos donostiarras adictos al pop etéreo ocupan en la escena patria el mismo lugar que unos St. Etienne o Stereolab en la británica. Además, se dejan remezclar con mucho gusto (conviene escuchar "Zerbina", disco con el que inauguraron la sección de baile de la gran casa indie Elefant) y el bajista Ibon Errazkin es un habitual en las producciones del sello Novophonic.

Oscar Mulero: apenas si se tiene en cuenta que grabó hace ya mucho un maxi como gancho del club madrileño New World, pero es que su figura y trayectoria son imprescindibles para comprender el despertar de la cultura techno en el país. DJ de técnica perfecta, es imbatible en raves y fiestas.

Pez: carismático donostiarra, instigador del Sirope Sound System (un colectivo de agitadores de la cultura de club) y cerebro detrás del sello Novophonic, consagrado a experimentar con el jazz. El resultado son una serie de proyectos que van del lounge abstracto al hip hop latino, el drum'n'bass, el funk y el house más sibarita: Instrümental (con Ibon Errazkin y el diseñador Lereak Mendian), Camping Gaz (junto a Charly Brown) y Digi Onze. Pez (nacido Javier Vicente) es también el alma de Parafünk.

Prozack: buscando los límites del sonido, el gallego Juan Carlos Ordóñez se ha embarcado en un trip hipnótico y lisérgico que de momento le ha llevado a pisar terreno detroitiano en su álbum de debut, "Ideology" (Elefant). Ahora tienta el acid house y el house muy muy profundo y minimalista.

Silvania: Mario y Cocó (de origen peruano) tienen ya tres álbumes en el mercado, todos publicados con Elefant. Oscilan entre el ambient—pop y eso que algunos llaman "techno inteligente" para no mojarse demasiado. Han sido remezclados por algunos de los popes internacionales del género (Locust, Autechre, Scanner).

Teen Marcianas: funky sucio y sudoroso desde Barcelona a cargo de una pareja de mutantes que no tienen reparos en samplear lo insampleable o imitar a Starsky y Hutch ("Estarsky y Jach", dirían ellos). Una saga de brillantes EPs grabados para Minifunk ("4 Funk", "No caja box") les saludan.

Vanguard: Eduard Alarcón, Xavier Alarcón y Albert Masferrer (o DJ Kosmos) llevan tres años juntos. En ese tiempo, apenas un maxi y unas cuantas remezclas (Fangoria, Los Sencillos, Carlos Berlanga, Le Mans, Esclarecidos…). Pero ya se les respeta y ensalza como uno de los proyectos más afortunados del mundillo. Drum'n'bass, ambient, deep house, cosmic disco..., nada parece resistírseles. Han fichado por Cosmos, el sello barcelonés que abrió brecha publicando aquel "Disco 2000. Una recopilación dance de aquí" (1995).

Rafa Rodríguez y Sara Sáez
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1983 - Video

Tras el éxito a nivel nacional obtenido por el grupo Glamour en 1982 con su tema ‘Imágenes’ y la apertura en Valencia aquel mismo año de Pijamarama, un bar de copas que pronto se convertiría en el templo de la modernidad musical de aquella ciudad, los grupos de tecno-pop comenzaron a surgir en Valencia a un ritmo muy superior que en el resto del estado. Tenían en aquella banda de rock eléctrónico un cercano referente a imitar, así como un prestigioso espacio que estaba dispuesto a difundir su tecno sin cortapisas. De este modo fueron surgiendo nuevas bandas como Tomates Eléctricos, Europa (luego Última Emoción), Betty Troupe o Vídeo. Estas dos ultimas formaciones compartirían idénticos parámetros éticos y estéticos (chicas guapas al frente, look ultramoderno y sintetizadores por doquier) y disfrutarían de ciertos logros comerciales que les harían pasar en mayor o menor medida a la historia del pop español.

Vídeo se formó en Valencia a finales de 1982, de las cenizas de un grupo de country-rock que decidió adaptarse a los nuevos tiempos, completamente deslumbrado con las nuevas consignas musicales del tecno-pop. El grupo lo lideraban: Vicente Chust (guitarra y voz) y José Manuel Moles (que más tarde abandonó el grupo), completándose la formación con Carlos Solís (bajo y voz), Pochi (batería) y dos atractivas chicas que se engarban de las voces, Pepa Villalba (solista) y Sissí (coros); ésta última también se encargaba de la percusión electrónica de la banda. Así pues, tras el mencionado éxito de Glamour, los buenos resultados comerciales obtenidos por el maxi de Betty Troupe, y alentados por las desmesuradas cotas de ventas ya alcanzadas por los madrileños Mecano, Zafiro decide apostar por un grupo de corte semejante al de aquellos y lo busca en el ojo del huracán sintético, en Valencia. Y los afortunados fueron Vídeo.

En 1982 Vídeo vio publicado su primer disco con Zafiro, un single que contenía los temas ‘La no es para mí’ y ‘Fría y automática’. Para la producción se contó con un viejo lobo del glam-rock, Tino Casal que potenció aún más si cabe el carácter cibernético del combo. ‘La noche no es para mí’ es pinchada con fruición desde las emisoras comerciales y el quinteto valenciano se gana pronto la grabación de un LP para el mismo sello discográfico. En 1983, tras un single de adelanto que incluía ‘Víctimas del desamor’ y ‘Empieza la subida’, Vídeo ve editado su primer álbum, ‘Videoterapia’. La inmediatez del epígrafe lo decía todo de su contenido: 9 cortes muy fashion; más de lo mismo (grabaciones anteriores incluidas), letras de inspiración ‘profana’ (se notaba que habían escuchado el primer trabajo de Dinarama), más fashion, fashion en los arreglos, y, de propina, alguna muy atractiva canción para la posteridad (‘Victimas del desamor’).

Al año siguiente, en 1984, tras haber girado con éxito por media España, se publica el segundo álbum de Vídeo, un trabajo de 9 canciones titulado ‘Código Secreto’. La portada, con Pepa y Sissí al frente -vestidas con uniformes militares de aviación- resulta más atractiva que las fotografías ramplonas de sus trabajos anteriores. Pero su contenido, exceptuando el tema que da título al disco, no impresiona a los ya exigentes seguidores del tecno-pop estatal, y el disco apenas cosecha éxitos notables más que en su tierra. Tras algunos cambios de formación, como la marcha de su batería a Los Inhumanos de Alfonso Aguado (ex líder de Última Emoción) Vídeo publica su último trabajo discográfico: ‘Relatos de Diez Minutos’; un álbum de distribución y promoción pacatera que da al traste con sus últimos sueños de éxito. Es digno de mención que en este vinilo el grupo da un giro radical a sus textos, abandonando su habitual carga sintética para caer en otros campos más complejos. Sus títulos hablan por si solos: ‘Tú eres tú o Edgar Allan Poe’, ‘Mucha palabra, poca acción’, ‘Cien duros y un arranque de valor’, ‘Sueños mágicos, sueños ácidos’... y así hasta 10 cortes.

Pablo Martínez Vaquero

martes, 11 de diciembre de 2007

2001 - Manoukian - Abril 2001

"Bailando sin salir de casa"

Acaba de aparecer en el mercado, embalada en un bonito digipack, la primera obra discográfica firmada por Manoukian. Si bien este tipo de obras suele encuadrarse con simplismo dentro de la etiqueta "dance" o la más amplia de "música electrónica", Yon Vidaur, el músico oculto tras el nombre del proyecto, prefiere denominarla de otro modo: "No suelo ser muy bueno a la hora de etiquetar la música que hago, pero creo que Manoukian es una mezcla de ritmo, pop y un poco de dub, todo ello pasado por mi sampler". La diferencia entre "La vida es como una canción de título corto" y otros álbumes aparecidos con el mismo concepto es, sobre todo, sus formas accesibles y su fácil lectura, igualmente válida para las pistas de baile que para la escucha relajada en el salón de casa. "No todo es baile; hay algo de pop y de dub. Creo que también lo puedes escuchar sentado tranquilamente", afirma Yon.

Este músico entró en la escena electrónica cuando se aburrió de los estilos pop que manejaba con Donut, su primer grupo, el cual llegó a debutar discográficamente dentro de Astro. Con posterioridad ha intentado mostrarse más ecléctico en diversos proyectos: Stereoguru, Coburn, Schfudor, Marte, Trashin' y, actualmente, Manoukian. Manoukian se integró enseguida en el colectivo donostiarra 9CDR, orientado a "unir fuerzas frente a elementos malignos y así dar a conocer las actividades de los miembros que lo integran", añade Yon.

Este músico ha conseguido triunfar ya en varios certámenes especializados y exponerse públicamente en festivales mayoritarios, tipo Benicassìm o Sónar, pero tampoco hace ascos a actuar en salas más pequeñas incluyendo en su show, si le es posible, la presencia de Stoppa Mafia para que proyecte diapositivas y vídeos. Sobre su primer disco, Yon señala que "algunas de las canciones las tenía escritas desde hace un año o más y, al final, haciendo números salían unas veinticinco, aunque ya tenia claro cuáles quería que entraran en el álbum. Lo grabe en mi dormitorio en noviembre del 2000 y me di cuenta de lo difícil que es hacer un disco tú solito. La remasterización de Xavier Alarcón fue una decisión de Cosmos, la compañía que lo edita. La verdad es que yo no tenia ninguna preferencia. Creo que tuvo un trabajo muy duro con mi master y desde aquí se lo agradezco".

Satisfecho finalmente con el resultado de "La vida es como una canción de título corto", el proyecto Manoukian tiene previstas algunas fechas de presentación en Barcelona y París, así como su participación en el apartado de nuevas tendencias del próximo Villa de Bilbao.

Manoukian. "La vida es como una canción de título corto". Cosmos 19

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2001 - Manoukian

"El donostiarra Yon Vidaur, apadrinado por Dance De Lux y contratado por el Sonar, defiende la respetabilidad de la música electrónica. Hoy actúa en el Villa como Marte."

El donostiarra Yon Vidaur oculta su edad, pero no debe de ser un crío cuando en su currículum caben grupos como Donut (quizá el más famoso, con un EP editado en Astro en 1996: Allenesque Boutade), Schfudor!, Olivetti, Stereoguru, Marte («antes nos llamábamos Zuma y hoy estaremos tocando en el concurso Villa de Bilbao», nos avisa el interesado), Thrashin’, Electrogaze, etc., que se mueven entre el indie pop y la explotación tecnológica. «Mi primer recuerdo musical es de los Beatles, pues los ponía mi hermana cuando era pequeño. Mi primer disco creo que fue uno de Sting, o uno de los Beach Boys, no me acuerdo bien. En general, siempre me ha gustado la música pop, aunque he tenido etapas más ‘duras’». ¿Y cómo te interesaste por la electrónica? «Me cansé de aporrear mi guitarra y la música electrónica me empezó a llamar la atención por sus ritmos, sonidos y, a veces, la complejidad de sus arreglos. Hasta entonces, odiaba todo lo relacionado con los teclados y esas cosas, pero, al final, me di cuenta de las muchas posibilidades que ofrece la tecnología».

Corregido el rumbo, Yon Vidaur se ha puesto a currar bajo el nombre de Manoukian –«es una marca de pintura tóxica; no tiene nada que ver con el diseñador», sitúa– y ha levantado expectación con La vida es como una canción de título corto, su debut en el reputado sello sintético Cosmos. Esta es la excusa coyuntural por la que le citamos para que perore sobre si la música electrónica es música, a lo que accede este estajanovista del sinte. «Hay muchos integristas que piensan que la electrónica no es música, sólo ruiditos y cosas raras no ejecutados por un batería de verdad o un guitarrista cojonudo, de los que son capaces de tocar cualquier punteo de Stevie Ray Vaughan, de esos que mantienen una relación casi metafísica con su instrumento y bla, bla, bla. La electrónica es música y ya está. Construida con medios diferentes a lo habitual y adoptando otro lenguaje, pero música al fin y al cabo. No sé qué manía tiene la gente de decir que no lo es».

El chulo Yon

Vale, Yon, pero, en esto de la electrónica, ¿cabe lugar para el talento, la imaginación y la técnica del ejecutante, o se queda todo en un recorta y pega, sample por aquí, loop por allá, ritmo sintético por debajo...? «Depende del enfoque a la hora de trabajar. Hay algunos que se limitan a cortar y pegar, y otros no. Yo prefiero construir mis propias melodías y ritmos sin depender del ritmo o del tono de las muestras que has introducido previamente. En cuanto a lo del talento e imaginación, habrá de todo, digo yo. Hay gente que cree que, al componer con máquinas, éstas te van a completar por entero la canción. Me parece infantil. A las máquinas les debes decir tú lo que tienen que hacer, así de sencillo».

Lo cierto es que, en este estilo, se dan cita un mayor porcentaje de individuos con entusiasmo perentorio, talento dudoso y equipo insuficiente, ¿verdad? «Si no tienes talento, da igual que toques música con una tarjeta de sonido cutre que con una guitarra eléctrica de saldo, porque seguro que terminarás haciendo mierda de todas formas. Sí es cierto que es más fácil comprar un ordenador y ponerte a pegar loops prefabricados de librería y decir que también haces música».

El alter ego de Yon se dio a conocer gracias a la revista Rock De Lux. «Ganar en Dance De Lux’99, más que nada, supuso un apoyo moral y una ayuda para que se divulgara el nombre de Manoukian. El premio consitía en grabar el disco en una multinacional, pero no llegué a un acuerdo con ellos y lo rechacé. Hubo gente que me llamó chulo. En realidad, fue una solución más práctica que chulesca».

¿Y cómo llegaste a Cosmos? «Después de lo del Dance de Lux, pasé una temporada componiendo nuevos temas y presentándolos en directo y a distintas compañías, hasta que hablé con Cosmos, que ya me conocían por el concurso de demos del festival Freestyle de Tarrasa, en el que quedé finalista. Primero participé con dos temas en el recopilatorio ‘Cosmos 2000’, que celebraba el quinto cumpleaños del sello. Giramos promocionando el CD y dando a conocer el directo de Manoukian. La verdad es que lo pasé muy bien. Ahora ha venido el disco. Por de pronto, lo presentaré junto a Aviador Dro mañana mismo en el Zulo de Lasarte, y el 14 de junio estaré en el Sonar».

Una crítica evidente es que estos grupos aparecen demasiado sosos y hieráticos en directo. «Tienes razón. Por eso siempre intento llevar un fondo visual que complementa a la música. Generalmente, se proyectan diapositivas y, si se puede, ponemos un vídeo preparado especialmente para el directo, una especie de collage de imágenes y apropiaciones indebidas. Todo ello, a cargo de Stoppa Mafia, la polémica pareja de artistas donostiarras».

Manoukian es un electrónico doméstico. «Tengo montada una pequeña instalación en mi cuarto. No es gran cosa, pero suficiente para funcionar. Ahí grabé el disco. Trabajar en casa está muy bien, porque es más relajado, vas a tu ritmo, sin la presión de alquilar un estudio, aunque es cierto que el resultado no es el mismo. La inspiración la saco del día a día, de sonidos que extraigo al sampler, de mi guitarra, de la prensa... Da igual de donde venga si me motiva a componer algo nuevo».

Aires setenteros

Con semejante método ha elaborado La vida es como una canción de título corto, digipack con dance, dub y hasta aires setenteros que disecciona su creador. «El disco resume parte de mis gustos e influencias. Quería hacer algo variado, que no fuera todo house, porque hay otras muchas cosas que me gustan. Transmite una sensación bastante pop, debido en parte a mi pasado, aunque también hay pinceladas dub e, incluso, algún apunte country».

La última, Yon: ¿La electrónica tiene futuro? ¿Matará al rock and roll? «La electrónica no matará el rock, ni éste a la electrónica. De hecho, hace tiempo que los dos estilos conviven y se mezclan entre ellos. ¿Por qué cada equis tiempo la gente se pregunta si el rock ha muerto? Parece como si realmente quisieran que muriera». Quita, quita.

Óscar Cubillo - http://canales.elcorreodigital.com